lunes, 23 de abril de 2012

Londres 15 de julio 2010


Londres.............Londres es una ciudad maravillosa, increíble, tiene un encanto especial. En cuanto pisé las calles de Londres ya no me quería marchar.

Tras Roma, mi madre y yo le cogimos el gustillo a viajar. Cuando organizamos el viaje a Roma fuimos un poco "pilladas" de tiempo, así que decidimos planear el viaje a Londres con bastante antelación. Pero esta vez, no íbamos mi madre y yo solas, sino que se nos unieron mi hermano y mi tía Nieves.

Hubo un momento en que pensábamos que no podríamos viajar: la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull. Recuerdo a mi madre mirando las noticias todos los días, viendo la evolución del volcán. Pero, finalmente pudimos viajar. La fecha elegida: del 15 de julio al 20 de julio de 2010............. ¡¡4 días después de que España ganará la Copa del Mundo de Fútbol!! 

El día anterior nos fuimos a la casa de mi abuela, para ir desde allí los cuatro juntos al aeropuerto. El vuelo salía a las 7 de la mañana, así que llamamos a un taxi para que viniera a recogernos.




El vuelo duraba unas 2 horas y veinte minutos, pero con el cambio de hora, al llegar a Inglaterra eran las 8 y pico de la mañana. En esta ocasión también habíamos contratado un servicio de recogida en aeropuerto. Cuando nos dirigíamos al coche, mi hermano se dirigió, sin darse cuenta, hacia el lado derecho del coche. Le preguntamos si tenía la intención de conducir él. Nos echamos todos a reir, incluido el conductor.

Nuestro hotel estaba cerca de la estación de Paddington. Cuando llegamos fuimos a registrarnos, pero al ser tan temprano (no serían ni las 10 de la mañana) nos dijo una de las recepcionistas que fuéramos a la estación de Paddington y dejásemos las maletas en una consigna. Así lo hicimos. He de decir, que cuadno salí de España estaba asfixiada del calor, pero cuando llegué a Londres estaba pasmada de frío. Era tal el frío que tenía, que mientras  nos dirigíamos a Paddington a dejar las maletas, tuvimos que parar en una tienda a comprarme una sudadera de I love London jajaja.





Después de dejar las maletas, mi madre, mi hermano y mi tía  se comieron unos bocadillos y unos bollos para coger fuerzas. Yo en ese momento no tenía hambre......... ya me arrepentiría después.  Tras el tentempié fuimos a ver el Museo Británico. Cogimos el metro en Paddington hasta Euston square, pero como en algunos andenes del metro de Londres hay dos trenes distinos, cogimos el que no debíamos y tuvimos que dar la vuelta y empezar desde cero. Desde Euston square fuimos andando por Gower Street.

































De camino  al British Museum  pudimos ver: University College of London (Gower street).








Cuando llegamos al Museo Británico nos dividimos: mi madre y mi tía vieron Egipto, mientras mi hermano y yo, además de ver Egipto, vimos Grecia y Roma y.............las escaleras del Museo, en las que pasamos buena parte de la mañana sentados (estábamos cansadísimos y eso que aún no habíamos hecho nada jejeje).












En el Museo Británico estuvimos, al menos, toda la mañana y parte de la tarde. Al salir, decidimos ir a Picadilly Circus. Pero al mapa que teníamos le faltaban calles y no éramos capaces de encontrar la ruta, así que nos vimos obligados a preguntar. Mi hermano y yo nos acercamos a un chico que estaba regando un parque, por lo que supusimos que sabría dónde estaba Picadilly Circus. Pero se quedó en suposición, porque nos dijo que no tenía ni idea. Suerte que en ese momento pasó por nuestro lado otro chico que nos indicó cómo ir.









Después de ver Picadilly fuimos a buscar algún sitio para cenar (yo no había comido nada desde que cené el día anterior y el resto del grupo desde los bollos de las 10 de la mañana). Dimos muchas vueltas hasta que entramos en un pub, en el que servían comidas. A mi la cena me supo a gloria.

Cuando terminamos de cenar, nos fuimos hacia Paddington a por las maletas y de ahí al hotel a registrarnos. Habíamos pedido una habitación para los cuatro, así que nos imaginábamos una habitación más bien grandecita. Nada más lejos de la realidad. Era una habitación bastante pequeña. La habitación tenía dos pisos: en el piso de abajo, estaba el cuarto de baño y dos camas, y arriba, la tele y una cama de matrimonio. Entre las dos camas de abajo y la pared había una pequeña separación, en la que sólo cabía una persona (y dando gracias jejeje). Deshicimos las maletas y salimos a dar una vuelta por la zona. Hyde Park estaba muy cerca, a unos 5 o 6 minutos andando, así que nos fuimos hacia allá. Por el camino tuvimos que pedir indicaciones (el mapa seguía dando guerra). Un hombre nos dijo, además de la dirección, que iban a cerrar en pocos minutos. Aun así, fuimos a verlo.




Cuando empezaban a cerrar el parque, nos fuimos hacia el hotel a descansar.

















jueves, 19 de abril de 2012

Roma. 17 de agosto (último día)

El lunes era nuestro último día en Roma. Nuestro avión salía por la tarde, así que por la mañana aprovechamos para ver el Castel Sant'Angelo. Pero cuando llegamos allí, nos encontramos un precioso cartel que decía que los lunes estaba cerrado...............¡¡¡nuestro gozo en un pozo!!! Como no habíamos planeado ninguna otra cosa, fuimos a ver la Basílica de San Pedro. Tras recorrer media plaza, logramos entrar.

Tras ver la Basílica, dimos una vuelta por las tiendas que había cerca del Vaticano, para realizar las últimas compras. Después nos fuimos a tomar algo y vimos la enorme fila que se formaba para ver la Capilla Sixtina, por lo que descartamos ir a verla en este viaje. Como ya no nos quedaba mucho tiempo, fuimos a coger un taxi para que nos llevara de vuelta al hotel y comer en el bar que hay enfrente. Pero, ese día, estábamos gafadas, pues estaba cerrado, así que tuvimos que dar una vuelta para encontrar alguna tienda o algún otro bar en el que comprar algo para comer. Anduvimos un largo rato hasta que topamos con un bar, donde nos compramos unos bocadillos y unas botellas de agua. Después nos dirigimos al hotel. Allí estuvimos un largo rato esperando a que viniera el transporte que habíamos contratado para el traslado al aeropuerto.

Era el momento de despedirse de una ciudad tan maravillosa y mágica como Roma. Pero, volver, volveremos.




Roma. 16 de agosto (cuarto día)

El domingo amanecía como los demás días: soleado. El día anterior habíamos decido que el domingo  iríamos al Foro y el Palatino, así que quedamos con mis tíos en el Coliseo. Mi tía fue la única que tuvo que comprar la entrada, pero al ser temprano había poca gente, por lo que no tuvimos que esperar. Al Foro y el Palatino les dedicamos toda la mañana. Es una visita imprescindible cuando se viaja a Roma.





























































         El Coliseo visto desde el Foro.
       






Cuando terminamos la visita del Foro y el Palatino, era la hora de comer, así que nos fuimos a la Via del Corso para buscar un restaurante (claro, evitando el del "pollo a la despistato") . Cuando terminamos de comer, e igual que sucedió el día anterior, mi tía se fue a echar la siesta, mientras que mi madre y yo nos fuimos con mi tío a ver el Panteón.












 Desde el Panteón fuimos a la Piazza Navona, donde nos tomamos unos helados. Después fuimos a ver el Ara Pacis y el Mausoleo de Augusto. Como dije en la primera entrada de Roma, el Ara Pacis me fascinaba desde que lo estudié en el instituto, por lo que tenía muchísimas ganas de verla. A los tres nos gustó muchisimo.







el Mausoleo de Augusto, desde el Ara Pacis











El Mausoleo de Augusto


 Cuando terminamos la visita al Ara Pacis, nos sentamos en unas escalinatas que hay al lado. Estando allí sentados, llamó mi tía. Quedamos con ella en la Piazza del Popolo, pues nosotros estábamos muy cerca. Una vez allí, decidimos cruzar el río por el Ponte Regina Margherita e ir hacia el Vaticano.









 Tras la visita al Vaticano, mi madre y yo volvimos al hotel. Era nuestra última noche en Roma y teníamos que preparar la maleta.