jueves, 19 de abril de 2012

Roma. 16 de agosto (cuarto día)

El domingo amanecía como los demás días: soleado. El día anterior habíamos decido que el domingo  iríamos al Foro y el Palatino, así que quedamos con mis tíos en el Coliseo. Mi tía fue la única que tuvo que comprar la entrada, pero al ser temprano había poca gente, por lo que no tuvimos que esperar. Al Foro y el Palatino les dedicamos toda la mañana. Es una visita imprescindible cuando se viaja a Roma.





























































         El Coliseo visto desde el Foro.
       






Cuando terminamos la visita del Foro y el Palatino, era la hora de comer, así que nos fuimos a la Via del Corso para buscar un restaurante (claro, evitando el del "pollo a la despistato") . Cuando terminamos de comer, e igual que sucedió el día anterior, mi tía se fue a echar la siesta, mientras que mi madre y yo nos fuimos con mi tío a ver el Panteón.












 Desde el Panteón fuimos a la Piazza Navona, donde nos tomamos unos helados. Después fuimos a ver el Ara Pacis y el Mausoleo de Augusto. Como dije en la primera entrada de Roma, el Ara Pacis me fascinaba desde que lo estudié en el instituto, por lo que tenía muchísimas ganas de verla. A los tres nos gustó muchisimo.







el Mausoleo de Augusto, desde el Ara Pacis











El Mausoleo de Augusto


 Cuando terminamos la visita al Ara Pacis, nos sentamos en unas escalinatas que hay al lado. Estando allí sentados, llamó mi tía. Quedamos con ella en la Piazza del Popolo, pues nosotros estábamos muy cerca. Una vez allí, decidimos cruzar el río por el Ponte Regina Margherita e ir hacia el Vaticano.









 Tras la visita al Vaticano, mi madre y yo volvimos al hotel. Era nuestra última noche en Roma y teníamos que preparar la maleta.




















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