miércoles, 18 de abril de 2012

Roma. 14 de agosto (segundo día)

El día 14, nuestro segundo día de viaje, nos levantamos temprano, en parte porque somos muy madrugadoras, y en parte porque queríamos aprovechar al máximo nuestra visita. Tras hacer una llamada telefónica a mi padre y mi hermano, bajamos a desayunar. Mientras desayunamos decidimos qué ruta tomaríamos para ir más o menos organizadas: iríamos a ver el Trastevere...........¡¡¡andando desde el Vaticano!!! Como en el mapa se ve tan corta la distancia............ jajajaja

Cuando terminamos de desayunar (un desayuno buenísimo, por cierto), nos dirgimos hacia Cornelia para coger el metro hasta Ottaviano. La línea que cogimos tanto el día anterior como el segundo día, era la línea A, una línea que me recordaba bastante al metro de Madrid: limpio, ventilado, cómodo. Mi hermano había estado en abril del mismo año en Italia y nos dijo que el metro de Roma era horrible. Textualmente dijo: "cuando entramos al metro nos pusimos todos a buscar a la cabra, por el olor". Así que, cuando mi madre y yo cogimos el metro, nos extrañamos porque estaba muy limpio.








Yo rellenando una botella para el camino..........no sabíamos lo que nos esperaba XD











Comenzamos nuestro viaje hacia el Trastevere rodeando el Vaticano por la Via Paolo VI. Cerca de esta Via, tuvimos que parar en una tienda porque el mapa que nos dejó mi hermano se negó a seguir colaborando (vamos, que se rompió), así que tuvimos que comprar uno nuevo, y ya que estábamos, pues aprovechamos para comprar unas gorras y unas camisetas para mi padre y mi hermano. Con nuestro nuevo mapa nos pusimos en marcha y tomamos la Viale delle Mura Aurelie. Lo juro, en el mapa aparecía una zona verde, por lo que creí que sería un parque o algo así e iríamos a la sombra.............Ja!! el mapa mentía........... anduvimos lo que a mi me pareció una eternidad por una cuesta eterna (valga la redundancia), sin una sombra, con una temperatura de 50 grados a la sombra (¡¡¡¡y eso que eran las 10 de la mañana!!!!). Suerte que llevábamos agua, porque si no, no se que hubiera sido de nosotras.











Este era el comienzo de la dichosa cuestecita. El camino fue horrible. En que hora se nos ocurrió comprar los regalitos e ir cargadas con ellos.....
Cuando por fin divisamos la estatua ecuestre de Garibaldi, nos metimos dentro del muro por el primer sitio que pillamos, necesitábamos sentarnos a la sombra y beber algo que no fuera agua (la que llevábamos parecía un caldo)


















Desde el Monte Gianicolo, teníamos unas vistas estupendas. Por un lado, podíamos ver el Vaticano,

mientras que por el otro lado, podíamos ver el Panteón y el Monumento a Víctor Manuel ("nuestro amigo") Después de tener ese lapsus tonto el día anterior, el segundo día de nuestro viaje, seguíamos en las mismas. Yo la preguntaba a mi madre: "mamá, ¿qué es eso que tiene caballos y se ve desde aquí?" y mi madre me decía: "pues no tengo ni idea". Poco después, tuve un momento de lucidez y le dije: "Es Víctor Manuel" jajajajaja. El calor tiene la culpa, después de subir esa "maravillosa" cuesta con el calor que hacía, no estábamos para reconocer a "nuestro amigo".
































Tras reponer fuerzas, continuamos nuestro viaje hacia el Trastevere.  Tomamos la Passeggiata del Gianicolo hasta la Porta San Pancrazio, para después tomar la Via Garibaldi y encontrarnos con una maravillosa fuente: Fontana dell'Acqua Paola.




























Siguiendo por la Via Garibaldi, pudimos ver el Mausoleo de Garibaldi

















Continuando por la Via Garibaldi, conseguimos llegar hasta el Trastevere. No sé la hora que sería, pero recuerdo que llegamos con muchísimo hambre. Decidimos probar las pizzas cuadradas, así que en el primer sitio que vimos que las vendían, pedimos unas, pero no nos sentamos a comérnoslas, sino que dimos una vuelta por el Trastevere comiéndonos una pizza (¿para qué nos íbamos a sentar, si no estábamos cansadas?).




































Estando en el Trastevere, cometimos el fatal error de mirar el mapa y ver que había una pirámide en Roma (mi madre apasionada de Egipto y una pirámide no son buena combinación XD). Fue un fatal error porque decidimos ir a verla ............¡¡¡andando!!! Si la subida hasta el Trastevere nos resultó horrible, no sabíamos lo que nos deparaba ir a ver la Pirámide di Caio Cestio. Así que, con el nuevo destino decidido, nos pusimos en marcha. Serían ya las 3 de la tarde o así y no sé la temperatura que haría, pero... Roma - 3 de la tarde - pleno mes de agosto y el cielo totalmente despejado......en fin....que no teníamos remedio.  Cuando llegamos a la Pirámide, no podíamos ni con nuestras almas, nos dolían todos los músculos: los que tenemos y los que no, también.

Pero no contentas con ello, decidimos, ya que estábamos relativamente cerca, ir a las Termas de Caracalla (cerca sí.....¡¡¡¡en el mapa!!!!) Para ir a las Termas, tomamos la Viale Giotto hasta que llegamos a la parte trasera de las Termas. Tuvimos que rodear las Termas, por la Via  Antonina hasta dar con la entrada. Una vez allí, pagamos el precio y entramos.











































En el primer banco que vimos, allí nos sentamos. He de reconocer, que al principio nos desilusionaron. ¿Por qué? Pues porque cuando entramos, lo que nosotras vimos fue una especie de parque, con sus banquitos y sus arbolitos, sus aseos y los muros de lo que entonces fueran las Termas, y pensábamos que eso era todo. Pero, cuando nos íbamos a marchar, vi que había mucha gente entrando por una puerta que había en un muro. Nos dirigimos allí, y cuando llegamos vimos las Termas de Caracalla en todo su esplendor (bueno, lo que queda de ellas, claro jeje). Nos impresionaron, pero no sólo por cómo son ahora, sino por lo que debieron ser. Son impresionantes.




























A las Termas las dedicamos bastante tiempo, pues lo merecían. Al salir de las Termas y volver a echar un vistazo al mapa, vimos el Coliseo (mi amado Coliseo), el monumento que aún no habíamos visto, salvo en la distancia, y decidimos ir, pero no andando, sino cogiendo el metro, aunque fuera una parada (eso sí, desde las Termas hasta el metro hay un trecho bastante largo). Cogimos el metro en Circo Massimo hasta Colosseo y entonces fue cuando ocurrió: ¡¡¡nos pusimos a buscar la cabra como locas!!! En el momento en que nos subimos al tren comprendimos lo que nos quiso decir mi hermano. Menos mal que sólo era una parada jajajaja. Cuando por fin salimos del metro en Colosseo, casi me da algo. Ver el Coliseo, al salir del metro fue para mi algo impresionante.





Cuando llegamos al Coliseo ya no podíamos más, necesitábamos con urgencia tomar algo fresquito y sentarnos, porque estábamos destrozadas físicamente. Así pues, fuimos a comprar refrescos a unos puestos que hay cerca del Coliseo y nos sentamos justo enfrente.

Mientras contemplábamos tan majestuoso edificio pasaron 2 cosas. La primera fue que vimos a una pareja de novios vestidos de boda y por lo que pudimos ver se estaban haciendo un book de fotos con Roma de fondo. Nos pareció maravilloso, pues Roma es una ciudad increíble y unas fotos así con un fondo como Roma deber ser increíbles.

Cuando hubimos descansado lo suficiente, nos levantamos para hacer fotos al Coliseo desde todos los ángulos posibles.
































El Arco de Constantino


 Yo con un romano jajaja











mi madre con un romano












Y la segunda cosa que pasó, fue que empezamos a oir un poco de jaleo y pensamos que podía ser un desfile de romanos. Pero, para nuestra sorpresa, lo que nos encontramos fue un camión de bomberos y varias ambulancias. Los bomberos estaban colocando una colchoneta enorme junto al Coliseo. Al otro lado de la calle, había un grupo de manifestantes. Cuando miré hacia arriba, me di cuenta que había gente en la parte más alta del Coliseo y todos los que estábamos allí pensábamos que se iban a tirar. Al día siguiente vimos en las noticias que estaban protestando, creo, contra la privatización de alguna empresa y habían decidido acampar allí, en el Coliseo.















Tras estar un rato esperando a ver qué pasaba, decidimos irnos y ver la Fontana di Trevi (total, ya estábamos destrozadas, por un poco más no iba a pasar nada jejeje)

Con el mapa en la mano y a dos pasos de la Fontana di Trevi, a mi madre no se le ocurrió otra cosa que preguntar a un camarero cómo se iba a la Fontana. Yo le decía: "pero mamá, que se ir, además estamos cerca" y ella me decía: "tú calla, niña" jajajaaja. Cuando miré al camarero comprendí el porqué de su pregunta: tenía unos ojazos azules increíbles. El chico empezó a decirnos: "yo os llevo si queréis, está muy cerca" jajaja Yo le decía:" no hace falta, si se dónde está". El muchacho seguía insistiendo, hasta que le convencí (o más bien, porque tenía que trabajar). Cuando estábamos ya en la Fontana mi madre me dijo: "pero qué tonta eres" XD. Allí, compramos un helado y nos sentamos enfrente de la Fontana para tomárnosle tranquilamente y disfrutar del paisaje (bueno, mucho no se podía disfrutar, pues estába llenísimo de gente).















































Como había mucha gente y casi no podíamos hacernos fotos, pensamos que lo mejor era volver al día siguiente  por la mañana temprano para poder hacer fotos tranquilamente. Ese día, habíamos decidido quedarnos un poco por la noche para ver Roma iluminada (desde luego, fue un día completito). La pena es que con la cámara que tenemos no sabemos hacer fotos decentes de noche :'(









































Esa noche volvimos al hotel en taxi.




Recorrido del segundo día

 (mapa extraído de: memarchoaroma.com)

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