miércoles, 18 de abril de 2012

Roma. 13 de agosto de 2009 (primer día)

El primer viaje que realicé por mi cuenta (es decir, sin el colegio o el instituto) fue a Roma en agosto de 2009. Roma es una ciudad maravillosa. Yo tenía muchas ganas de visitarla desde hacía mucho tiempo y cuando llegué allí no me lo podía creer jejeje. Fue un viaje corto, de 5 días, aunque la verdad es que vimos bastante de la ciudad, y lo que no vimos.....bueno para otro viaje, porque volver, volveremos (al menos tiramos las monedas en la Fontana di Trevi jejeje). Sin más demora, paso a narrar el viaje a esta hermosa y maravillosa ciudad.

Primer día: 13 de agosto de 2009
El jueves 13 de agosto de 2009 salía nuestro avión con destino a Roma. Tras meses de espera, por fin nos íbamos de vacaciones. Nuestro avión salía a las 7:05 de la mañana, así que como suele ocurrir en estos casos, la noche la pasamos en vela.
Llegamos al aeropuerto sobre las 4 de la mañana aproximadamente (la espera se hizo eterna). El avión salió con retraso, pero aún así, llegamos a la hora establecida a Roma: a las 9:30.







Habíamos contratado un servicio de recogida en aeropuerto. El hombre que nos llevaba nos preguntó extrañado si sólo llevábamos una maleta. Debe ser que para un viaje de 5 días, se le hacía poco.

Cuando llegamos al hotel, fuimos a registrarnos, sin saber si nos dejarían subir la maleta a la habitación, pues aún no eran las 11,  y no sabíamos si tendrían preparada la habitación. Al llegar,  le entregamos los papeles que nos había dado la agencia para el registro en el hotel al recepcionista Éste (que hablaba español de maravilla) nos dijo que si Rosario (así se llama mi madre) era una mujer, porque él pensaba que éramos marido y mujer y nos habían preparado una habitación de matrimonio ya que él tenía entendido que Rosario era nombre de "macho", así nos lo dijo. Mi madre y yo nos echamos a reir, y le dijimos que no se preocupara que éramos madre e hija y que no había problema por la cama, nosotras la separaríamos y listo.
Cuando subimos a la habitación, nos quedamos sorprendidas porque habíamos leído críticas diversas respecto al hotel, y la verdad nos sorprendió para bien, pues la habitación estaba impecable. Tras colocar la ropa en el armario, nos fuimos a un bar que había enfrente del hotel a comer algo porque estábamos ya desmayadas ( y eso que aún no habíamos visto nada). El hotel está situado en la Via Cardinal Passionei, bastante alejado del centro de Roma, así que teníamos que coger el metro en Cornelia. Cuando terminamos nuestro tentempié nos dirigimos hacia el metro (pidiendo indicaciones previas a la mujer del bar). El tramo que separa el hotel del metro se nos hizo eterno, parte por el calor, y parte por las cuestas.

Desde Cornelia fuimos hasta Flaminio (cerca de la Piazza del Popolo), por algún sitio tendríamos que empezar nuestra aventura jejeje.




El obelisco de la Piazza del Popolo

                                  La entrada a la Piazza del Popolo




                                                      










 La Piazza del Popolo es una plaza preciosa. Aquí es donde comenzamos nosotras nuestras andaduras por Roma. Una vez estuvimos dando vueltas por la plaza, refrescarnos un poco, sacamos el mapa que llevábamos (era un mapa que había utilizado mi hermano meses antes en su visita por la ciudad, así os podéis imaginar como estaba: daba miedo a cogerlo por si se rompía jejeje). Decidimos ir a ver el mausoleo de Augusto, que según el mapa, estaba bastante cerca, pero antes de ello, fuimos a un bar que hay (o al menos lo había cuando nosotras fuimos allí) para tomar algo, porque estábamos muertas de sed (hacía un calor insoportable). Yo me pedí un té helado y mi madre un café frío (cafe freddo, como dicen los italianos), pero cuando el camarero le dijo a mi madre "cafe freddo" para estar seguro de lo que le había pedido mi madre le entendió café frito y comenzó a decirle al camarero: "frito no, frío, lo quiero frío" y el camarero le contestaba: "no, frito no, freddo, freddo". Yo no sabía dónde meterme jejeje nos miraba todo el mundo jejeje. Fue un momento muy divertido.

Tras tomarnos el té helado y el "cafe freddo", nos dirigimos hacia el Mausoleo de Augusto por la Via del Corso, pensando que por esa calle íbamos bien encaminadas (¡qué ilusas nosotras!). Cuando llegamos al final de la calle (tras haber hecho varias paradas para hacer fotos) nos sentamos a descansar un rato, y para nuestra sorpresa veíamos a pocos metros ¡¡¡EL COLISEO!!! y al lado la Columna de Trajano  Nosotras mirábamos el mapa, diciendo que era imposible, pues estábamos en el Mausoleo de Augusto, según nosotras claro, que el Coliseo estuviera tan cerca. Después de estar sentadas un buen rato, me di cuenta que lo que teníamos frente a nosotras no era el dichoso Mausoleo sino el Monumento a Víctor Manuel (como si no hubiéramos visto fotos del Monumento nunca). Yo creo que era por el calor, jejeje (las culpas se las tiene que llevar otro, claro).

 "Nuestro amigo" como le llamamos a partir de nuestro error jejeje





La Columna Trajana














Desde la Piazza Venezia tomamos la Via del Plebiscito para ir hacia la Piazza Navona.





















 La Fuente de los Cuatro Ríos

















Tras un paseo por la Piazza Navona, nos dirigimos hacia el Ponte Umberto I, para ir hacia el Vaticano. Cruzando el Ponte Umberto I lo primero que se ve es el Palazzo di Giustitia, un edificio impresionante, pero que en ese momento estaba lleno de andamios.















Desde el Palazzo, fuimos dirección el Vaticano, pasando por el Castel Sant'Angelo.






Ponte Sant'Angelo











Dejando atrás el Castel Sant'Angelo y tomando la Via della Conciliazione, llegamos a la Ciudad del Vaticano. A pesar de ser el primer día, hicimos un largo camino a pie, creo que llegamos a pensar que nos iban a quitar los monumentos o algo por el estilo jejeje.

Cuando llegamos a la Ciudad del Vaticano, la verdad es que me desilusioné un poco, porque pensé que la plaza era mucho más grande (a pesar de que es bastante grande). A mi me había dado la sensación, cuando la había visto en las películas, de que era mucho más grande. Pero aún así, es una plaza preciosa.






















Después de ver el Vaticano (sólo por fuera) decidimos ir a buscar el dichoso Mausoleo de Augusto, que era lo que se suponía que íbamos a ver ese día. Decidimos ir andando, pues estaba relativamente cerca desde donde estábamos. Pero, cuando llegamos al Mausoleo, me quedé "a cuadros" al ver el Ara Pacis en un edificio junto al Mausoleo (por eso, el primer día no hicimos fotos del Mausoleo). Había estudiado el Ara Pacis, en segundo de bachillerato y me fascina desde entonces. Sabía que era grande, pero no me imaginaba que era tan grande. La lástima fue que estaban cerrando y no pudimos entrar a verlo, asi que decidimos dejarlo para otro día (aún nos quedaba 4 días completos en Roma, no podíamos pretender verlo todo en un día). Desde el Mausoleo, fuimos hacia la Piazza di Spagna, pero estábamos tan cansadas que no subimos las escaleras, algo de lo que me arrepentiré siempre, pues me quedé con muchas ganas de subir.





























En Piazza di Spagna cogimos el metro para volver al hotel, pero en lugar de pararnos en Cornelia (donde lo habíamos cogido por la mañana) decidimos parar en Batistini, porque mi madre se había estudiado el mapa de Roma de tal manera que se había convertido en una "experta" y, según ella, nos pillaba mejor para ir al hotel. Pero, cuando llegamos a Batistini,, la "experta" no se acordaba de la calle por la que teníamos que ir hacia el hotel, así que nos pusimos a dar vueltas por si nos sonaba algo, hasta que decidimos que estábamos perdidas y tuvimos que  preguntar a unos hombres que pasaban por allí. Ellos intentaron explicarnos cómo llegar, pero no nos enterábamos muy bien, así que decidieron acompañarnos hasta la puerta del hotel. ¡Gracias a que los encontramos! si no, seguimos dando vueltas por Roma en busca del hotel jajaja. Como el hotel no tenía restaurante, teníamos que cenar en el mismo bar en el que habíamos comido algo cuando llegamos. Yo no había comido en mi vida una lasagna como la que me comí aquel día. Estaba buenísima. En realidad, ese adjetivo se queda corto. Así que, desde ese día, decidimos cenar allí todos los días.

 Este es el recorrido que hicimos el primer día en Roma.
 (mapa extraído de http://www.romaitalia.info/roma-plano-callejero.html)












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