Hecho el plan y decidido el destino: Lisboa, sólo faltaba ver qué hotel reservar. De eso se encargaba mi madre, que todo lo que sea investigar por la Red, se la da bastante bien, la verdad. El hotel que mi madre reservó era una hotel muy muy céntrico (cerca de la Plaza de Marqués de Pombal) y la verdad, bastante bien de precio. Así pues, ya estaba todo listo, sólo faltaba que llegara el día 31.
En principio nos íbamos a haber ido el día 31 y vuelto el día 1, pero pensamos que podíamos salir el día 30 por la tarde, hacer noche en Badajoz y por la mañana seguir camino a Lisboa. Así que mi madre, miró hoteles de carretera en Badajoz y dio con uno que estaba muy cerquita de la frontera con Portugal. Ese sería ideal, pues así nos quedaría muy poco camino que recorrer al día seiguiente.
Así pues salimos el día 30 de diciembre sobre las 3 y pico de la tarde. Tomamos primero la Autovía de Castilla-La Mancha desde Torrijos, y después nos incorporamos a la A-5 hasta Badajoz. Pero, tardamos menos de lo que nos pensamos (unas cuatro horas hasta Badajoz), así que cuando llegamos al hotel de carretera que mi madre había visto en Internet, era demasiado pronto (serían las 7 y pico o las 8 de la tarde, como mucho). Nos tomamos unos refrescos en el bar que había allí y decidimos continuar un poco más, hasta que viéramos otro hotel por el camino.
(nuestro GPS)
Estando ya en Portugal, no vimos ningún otro hotel de carretera, así que tuvimos que continuar hasta Lisboa. Desde Badajoz a Lisboa tardamos apenas 2 horas. Lo bueno de viajar a Lisboa es que, como es una hora menos respecto a España, ganamos una hora en el viaje.
A Lisboa accedimos por el Puente 25 de abril. Y desde allí fuimos siguiendo las indicaciones hasta la Plaza del Marqués de Pombal. Llegamos a la primera, bueno mejor dicho a la segunda. No es que no lo encontráramos, que lo encontramos rápido, es que había 3 o 4 calles seguidas que eran prohibidas, así que dimos mil vueltas hasta dar con una que no fuera prohibida para poder llegar al hotel.
Cuando conseguimos llegar, mi madre se bajó del coche para preguntarle al recepcionista si tenían habitaciones libres para esa noche. Mi madre le explicó que nosotros teníamos habitaciones reservadas para la noche siguiente, pero habíamos salido antes de lo previsto. El recepcionista le dijo a mi madre que no había ningún problema: podíamos ocupar las habitaciones reservadas. Hizo un pequeño apaño y listo. Además, el hotel tenía parking gratuito para las personas que se hospedaran en el hotel.
Cuando subimos a las habitaciones nos quedamos alucinados. Eran bastante grandes. La habitación que teníamos mi hermano y yo era más grande que mi propia habitación. La verdad es que no nos lo esperábamos, pues el hotel nos había costado bastante barato.
Después de instalarnos fuimos a cenar a un restaurante que había enfrente del hotel. Cenamos bastante bien, aunque no recuerdo qué cenamos. Estábamos muy cansados (habían sido 6 horas de viaje), pero aún así, cuando terminamos de cenar fuimos a ver la Plaza del Marqués de Pombal.
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