Según el diario de a bordo, llegaríamos a Estambul sobre las 13:30. Así que teníamos toda la mañana para descansar. Aún así, Rakel y yo desayunamos temprano (sobre las 8 o así). Después nos subimos a la cubierta Sun a tumbarnos en las tumbonas, donde estuvimos un buen rato.
Después fuimos a dar una vuelta y a preparanos. Teníamos que estar listas para salir del barco en cuanto nos dieran luz verde, y aprovechar al máximo la tarde. Cuando estuvimos preparadas nos subimos a la cubierta Sun para ver cómo navegábamos y para ver si ya se veía nuestro destino, pero sólo se veía el "inmenso mar".
Comimos a las 12 y después nos volvimos a la cubierta Sun. Queríamos observar la entrada a puerto. Habíamos leído por Internet que era espectacular y no nos lo queríamos perder. La espera se hizo eterna, pero mereció la pena. Sobre la 1 de la tarde empezamos a ver Estambul.
Cuando el barco atracó en el puerto, fuimos a buscar a las demás corriendo para preparanos para salir. Al llegar a la puerta por la que teníamos que salir, vimos que aún no había salido nadie. Empezaron a anunciar por megafonía que aún no podíamos salir del barco, hasta que las autoridades no nos lo permitieran. Tardaron en permitírnoslo ¡¡¡alrededor de una hora y pico!!! Se mascaba la tensión y la indignación de la gente. Primero íbamos a llegar con retraso y después no nos dejaban salir. Empezamos a pensar que cuando saliéramos del barco tendríamos que volver a entrar.
Sobre las 15 horas nos permitieron salir del barco. Tendríamos que darnos prisa en visitar las 4 cosas que íbamos a visitar (ya habíamos descartado la visita a la parte asiática de Estambul). Al salir del barco nos dieron nuestro certificado provisional de entrada de personas, que tuvimos que enseñar en el puerto.
Estambul lo íbamos a visitar por nuestra cuenta. Eso sí, llevábamos mapa. Era el único mapa que me llevé desde España.
Lo primero que hicimos al salir del puerto fue buscar una oficina de cambio de divisas. Encontramos una muy cerca del puerto. Cambiamos muy poco dinero: lo justo para el tranvía y poco más. Sabíamos que allí aceptaban euros, así que no era necesario cambiar mucho.
Desde allí nos fuimos andando hasta Tophane, donde tomaríamos el tranvía hasta Sultanahmet. El tranvía de Estambul funciona con una ficha llamada jeton, que se adquiere en una maquina que hay en la misma parada de tranvía.
El viaje en tranvía (sólo 5 paradas) no se nos hizo largo, pero aún así estábamos deseando llegar......hacía mucho calor, había mucha gente en el tranvía, en fin.........
(Maravillosas vistas desde el tranvía)
Bajamos en la parada de Sultanahmet, muy cerquita del Hipódromo, por donde empezamos nuestra visita.
(Santa Sofía desde el Hipódromo)
En la entrada, tuvimos que descalzarnos. Allí te daban un pañuelo si la necesitabas para cubrirte los hombros y las rodillas. De mi grupo, la única que llevaba el pantalón un poco más corto era yo, pero me cubría las rodillas, así que no nos hizo falta. Aún así llevabamos nuestros propios pañuelos.
La Mezquita Azul es impresionante por fuera y por dentro. Nos quedamos con la boca abierta, cuando entramos.
Cuando salimos de la Mezquita eran ya las 4 de la tarde. Nos quedaba muy poco tiempo, pues aunque el barco zarpara a las 2:30 a.m., queríamos llegar antes de que se hiciera de noche.
Desde la Mezquita Azul fuimos hacia Santa Sofía.
Nuestra intención era visitarla, pero cuando llegamos había una fila bastante larga. También queríamos ir al Gran Bazar. Así que nos surgía un problema: Santa Sofía cerraba a las 19:30 y el Gran Bazar a las 19:00. Si veíamos Santa Sofía no podíamos ver el Gran Bazar y se veíamos el Gran Bazar no podíamos ver Santa Sofía. Si a eso le añadíamos la larga fila que había para entrar en Santa Sofía (por lo cual no sabríamos cuánto tardaríamos en entrar), teníamos que elegir qué ver y qué no. Nos decantamos por el Gran Bazar. Fuimos hacia la parada de tranvía Sultanahmet y allí cogimos la misma línea (T1) hacia Beyazit-Kapaliçarsi.
Desde la parada de tranvía hasta el Gran Bazar hay un corto trayecto. Nada más llegar Cris y Carmen vieron un bolso de Channel y entraron a preguntar precio. El vendedor les dijo que les hacía precio de estudiantes: ¡¡¡120 €!!! Ellas intentaron regatearle (había que ir practicando para todo lo que teníamos pensado comprar). Al final les dejó el bolso en 20 €, pero ellas no lo compraron.
El Gran Bazar es un laberinto. Empezamos por no sé qué puerta y acabamos dando vueltas y vueltas, viendo las miles de tiendas que hay allí dentro. Tengo que decirlo: nos crecimos regateando y salimos perdiendo jajaja. Es lo que tiene no estar acostumbradas al regateo. Yo no sé cómo nos las apañábamos pero nos decían. "esto vale 10 euros, pero si te lo llevas con esto te lo dejo en 15 euros" Claro, sumar también sé yo, no te digo. En fin, la verdad es que en el Gran Bazar lo pasamos en grande. Te llamaban desde las puertas de las tiendas. A mi me dijo un hombre: "¿A que eres argentina?" Yo le dije que no, que era española y me dijo: "Pero seguro que te llamas Pilar, tienes cara de llamarte Pilar" Yo le volví a decir que no y el me seguía diciendo que si, que me llamaba Pilar que él lo sabía porque se lo había dicho no sé quién. Otro se le acercó a Rakel y le decía: "uy, que guapa eres". Y así todo el rato.
En una de las tiendas, Rakel tuvo un ligero problema de entendimiento con una china. Rakel entró en la tienda y se puso a mirar cajitas. Cogió una y de repente una china apareció a su lado y se la quitó de las manos chillándole como una loca. Rakel le dijo algo así como: "no te entiendo" y salió de la tienda.
Cuando íbamos cargadas de bolsas (excepto Inés, la pobre quería comprar mucho, pero al final se quedó en eso: un deseo no cumplido XD) decidimos que iba siendo hora de volver. Aún no eran las 7 de la tarde, así que con un poco de suerte, podíamos ver Santa Sofía. Sólo había un pequeño problema: estábamos perdidas en el Gran Bazar..............¡¡No sabíamos por qué puerta habíamos entrado!! Menos mal, que llevábamos una guía particular que se orienta de maravilla: Rakel. En realidad no estábamos muy lejos de la puerta por la que habíamos entrado, pero no habíamos prestado atención.
Fuera ya del Gran Bazar volvimos al tranvía (T1). Nos bajamos en Sultanahmet y fuimos caminando hasta Santa Sofía. Por el camino vimos una fuente y las chicas quisieron hacerse una foto allí (foto de abajo). En la fuente había un niño que se había quitado la camiseta y la estaba metiendo en la fuente. Cuando la sacaba del agua se ponía a dar golpes con ella. Cada vez se iba acercando más a Rakel, Cris y Raquel, de ahí la foto jajajajaaj
Cuando llegamos a Santa Sofía estaba ya cerrada, así que la rodeamos y fuimos hacia los muros del Palacio Topkapi (estaba cerrado, así que lo teníamos descartado desde el principio).
Nos sentamos un rato en la acera, decidiendo qué hacer, pues no podíamos visitar nada más por falta de tiempo. Así que decidimos irnos a tomar algo.
Nos sentamos en un bar entre la Mezquita y Santa Sofía y allí estuvimos un rato. Después nos fuimos hacia el barco: estaba empezando a oscurecer.
Cuando llegamos al puerto, antes de subir al barco, vimos cómo se iluminaba el puente que une la parte asiática con la parte europea de Estambul.
(Asia a un lado, al otro Europa)
La pena es que, la poca luz que había nos impidió hacer fotos decentes.
Tras la cena, Raquel, Rakel y yo nos fuimos a las tumbonas de la cubierta Sun y nos tumbamos allí un rato. Después Rakel y yo nos fuimos a dormir, mientras que Raquel se fue con Inés y Carmen a tomar algo al Bar Rendez-Vous.
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